Antes de beber o guardar un buen vino, a saber…

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Hemos oído de diferentes expertos cuán importante es guardar correctamente un vino si queremos conservarlo para una ocasión especial que amerite el descorche de un “cosecha especial”. No hay un paso a paso en las etiquetas, por ello reunimos algunos comentarios, anécdotas y sugerencias, para evitar arruinar el contenido y terminar acompañando un momento especial con una copa de jugo.

Después de la compra, es muy común que al llegar a casa nos pongamos cómodos en la cocina, es el sector más concurrido, incluso para tomarnos un descanso. Acomodamos el vino que nos recomendaron, en ese rincón o en el mueble tipo bodeguita y damos un suspiro de emoción por esta adquisición.

Seguramente habrán oído hablar de “la habitación asesina” y allí nos encontramos. La cocina es la que más victimas vínicas se ha cobrado en la historia, porque es donde hay mayor variación de temperaturas. Es uno de los errores más comunes, someterlo al calor de las hornallas, el horno, estos cambios cotidianos alteran el vino en sabores, aromas y color.

La cocina no es un buen lugar para exhibirlos, no busquemos impresionar de esta forma a nuestras visitas, si es nuestro trofeo…es un lujo que podemos cuidar en otro lugar, apartado del calor y la luz.

Por su parte, hay temperaturas estándares para beberlos. Que los espumantes se tomen fríos, los blancos frescos y los tintos a la mal llamada “temperatura ambiente”, no es un capricho. La  acidez de los blancos y espumantes suele ser más elevada que la de los tintos, por eso necesitan estar fríos, sino es lo mismo que morder un limón. En cambio, en los tintos, el frío atenúa el alcohol pero bloquea aromas y los taninos se ponen ásperos. Lo ideal es tomarlo entre los 13°C y los 17ºC. Para las burbujas, 8°C y para los blancos, 11ºC.

En estos días de calorcito en la ciudad, cuantas veces se nos habrá cruzado en la mente comprar un blanco para refrescar el paladar. No lo pensamos más, hoy pasamos por la vinoteca y nos compramos uno, ya está en el frezzer para que alcance la temperatura justa más rápido. ¡Error!, al menor descuido se congela el vino y revienta la botella. Lo mejor es la frapera, con 1/4 de hielo y 2/4 de agua. En quince minutos está listo!.

Ya estabas al tanto del clásico error de guardar botellas en la cocina, y tenés un buen rincón fresco… en el mueble donde tenés los productos de limpieza y perfumería. Si no querés que tu Malbec favorito huela a jabón en polvo te recomendamos anular la idea. Los aromas de estos artículos, increíblemente, penetran el corcho.

No menos desagradable es escoger alimentos que después de combinarlos con un vino nos dejan un sabor poco agradable. Encabezan la lista los alcauciles, siguen los espárragos, los repollitos de Bruselas y todos aquellos verdes fibrosos de marcado sabor amargo. Acentúan los taninos de los tintos y transforma en secante la acidez de los blancos. ¡Consultar o pedir recomendación!.

Buena oportunidad para aclarar que un buen maridaje no tiene porqué incluir platos súper elaborados. Si nuestro vino es complejo, valioso es el aporte de cocineros que recomiendan acompañarlo con productos más bien simples. De lo contrario podemos desatar una guerra de sabores, antes de que ocurra esto, busquemos equilibrio, la mejor manera de disfrutar una velada en paz!.

Así mismo, el tema de las copas es importante. Si se recomiendan copas de cristal es porque es el material más noble, no tienen aromas y por lo tanto, si están bien limpias, mantienen el contenido con todas sus características. A falta de copas, la ansiedad no debe llevarnos a beber nuestra botella más preciada en vasitos de plástico.

Una acción que puede molestarnos…no desesperen. Hubiésemos preferido dejar este comentario de lado, pero necesitamos aclararlo. El vino nos encanta, pero no todo el mundo le da especial importancia a sus atributos. El próximo sábado tenés un asado con tus compañeros de futbol y estas pensando en sorprenderlos con una botella exclusiva… pensalo dos veces, puede que no te den comentario alguno o que tengas que sufrir cada chorrito de soda que le agreguen. En este caso, te recomendamos elegir un vino acorde al momento.

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