Más bodegas apuestan a lo orgánico

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Se realizó una nueva edición de la Feria de Vinos Orgánicos y Sustentables en la Botica del Ángel. Allí se reunieron numerosas bodegas comprometidas con el medio ambiente.

por Andrea Albertano

La edición 2019 de la feria de vinos orgánicos arrancó (casualidad o no) el día de la Pacha Mama. Fue, como es habitual, en  la Botica del Angel, la casa-museo creada por Eduardo Bergara Leumann que reúne, en sus distintos ambientes, obras de artistas de la talla de Raúl Soldi, Antonio Berni o  Juan Carlos Castagnino.

Allí, entre los exquisitos decorados, 28 bodegas dieron a conocer vinos orgánicos, biodinámicos, sustentables o con certificación “Comercio Justo”.

“Cada año no sólo sumamos nuevas bodegas, sino que ellas fueron eligiendo a la feria para presentar sus novedades al mercado”, afirma el periodista Pancho Barreiro, cofundador de VIOS, “Vinos más sustentables” y cocreador de la Feria de Vinos Orgánicos y Sustentables. “La Feria se convirtió en un lugar de encuentro para las bodegas que día a día confirman su compromiso con el medio ambiente”, explicó Juan Pino, licenciado en Ciencias Ambientales y también cocreador de la Feria.

Los vinos de Chakana presentes en la feria de vinos orgánicos.

Este año los asistentes pudieron degustar distintas variedades y etiquetas de Andillian, Ánimal Organic Vineyard, Bodegas Molina, Cabernet de Los Andes, Chakana, Cuvelier Los Andes, Domaine Bousquet, Familia Cecchin, Finca Dinamia, Jasmine Monet, Kaiken Wines, La Celia, La Coste de los Andes, Picum, Tres Wines, Vinecol, Vinos de Luz, Viña Montes, entre otras.

Como novedad, estuvieron productores de Tinogasta, de Catamarca, con un espacio exclusivo en el que contaron los detalles de un proyecto local que incentiva a los productores de la zona a transitar el camino de lo orgánico. Bodegas como Alto Abaukan, Don Vega, Finca la Gloria, Llama Negra, dieron el presente.

Chakana una de las bodegas emblemáticas del vino orgánico llevó su “Sobrenatural Orgánico” sin agregado de sulfito y el “Nina Biodiámico”. Entre la variedad de etiquetas, se llevó muchos elogios el blend de blancos (Viognier, Savignon Blanc y Chardonnay).

También destacaron los vinos de Tres Wines, con nombres para sus etiquetas inspiradas en Cortázar (“El Perseguidor”), que dieron que hablar ya que tienen bellas ilustraciones y código braile. Uvas de distintos viñedos de Mendoza  y cepas como la Pedro Jímenez para un producto digno de exportación. Su Pinot Noir se destacó por su aroma y sabor único.

Los Vinos de Luz que traen tras de sí un proyecto solidario, mostraron la evolución del producto y se destacaron el Malbec y el Malbec Reserva 2013, con 12 meses de paso por barrica de roble americano.

El stand que compartía Kaiken (Mendoza) y Viña Montes (Chile) convocó por sus excelentes Chardonay y también por el Mai Malbec Reserva.

La Feria contó con un ciclo de charlas a cargo de referentes del mundo del vino, el arte y la sustentabilidad, como Pablo Dessel de Bodega Vinecol. Hubo stands informativos sobre diferentes propuestas orgánicas y sustentables como Fundación Espacios Verdes (FEV), Coordinadora Latinoamericana y del Caribe de Pequeños Productores y Comercio Justo (CLAC), Fair Trade, entre otras.

Se pudo disfrutar además de  propuestas de platos elaborados con productos orgánicos y pensados especialmente para acompañar a los vinos.

La feria contó con una numerosa y variada oferta de vinos orgánicos y biodinámicos.

¿Cuál es cuál?

Cada vez son más las bodegas que se suman a esta tendencia de cuidado de la biodiversidad y fertilidad del suelo. Si hablamos de vinos orgánicos cabe destacar que, a lo largo de todo el proceso, no se utilizan pesticidas, herbicidas, ni fertilizantes agroquímicos. Sino que se trata de un trabajo continuo de prevención con productos naturales y biodegradables.

Además del cuidado de la vid, la producción orgánica se extiende también a las bodegas, las cuales deben garantizar que no habrá cruzamiento con vinos elaborados bajo métodos convencionales.

“Los vinos orgánicos son una decisión pensada desde la semilla de la vid hasta el producto embotellado. Todo su proceso responde a la idea fiel de cuidar el medio donde vivimos”, explica Juan Pino, licenciado en Ciencias Ambientales y cofundador de VIOS.

Por su parte, los vinos biodinámicos  están basados en las teorías de Rudolf Steiner, creador de la antroposofía y la pedagogía Waldorf. La producción de vinos biodinámicos establece como base la relación natural y la armonía entre los suelos, las plantas y animales, tratando al viñedo como un sistema en equilibrio.

Además de la prohibición del uso de fertilizantes, pesticidas y herbicidas industriales –como en toda producción orgánica–, en la agricultura biodinámica se trata al viñedo como un ecosistema cerrado donde todos sus actores conviven como una granja. Además se realizan diferentes preparados vegetales y minerales como aditivos elaborados especialmente para los cultivos.

Otro de los factores fundamentales de este tipo de agricultura es el seguimiento de un calendario de siembra, poda y cosecha basado en el movimiento de los astros, fundamentalmente en los ciclos lunares.

Para tener algunos números sobre el mercado del vino orgánico argentino, VIOS informó que en 2018 la vid representó el 13% de los cultivos industriales orgánicos, detrás de la caña de azúcar (68%) y los olivos (15%). Mendoza es la provincia que cuenta con mayor superficie de cultivos de vid orgánica certificada y más del 95% de los vinos certificados como orgánicos se exportan.

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