Rodeo, la parrilla del Catedral

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Rodeo es sinónimo de carnes en el cerro Catedral. El lugar abrió hace dos décadas como la primera de las obras que marcaron la reunificación de la concesión sobre la montaña. El emprendimiento pertenece a la familia Cavalli, donde Lito y Pablo (padre e hijo) se ocupan de la administración y Mercedes supervisa la cocina.

Lejano parece junio de 1994, cuando fue inaugurado el restaurante, en una noche de gran nevada, como la primera obra en el nuevo edificio Los Troncos, concesionado a la firma Ski Word, quien ganara la licitación que unificó la montaña. El lugar fue rápidamente sinónimo de la buena mesa y acaparó la visita de los “ricos y famosos” que cada invierno concurren a esquiar a la montaña.

“Desde el inicio, nos definimos como parrilla, pero también tenemos platos de cocina. En ambos casos, las estrellas son las carnes argentinas”, explicó Mercedes de Cavalli. Para ella el cordero es el emblema de las carnes patagónicas y por ello tiene un lugar privilegiado en la carta. “Es muy demandado por el turismo extranjero pero también por el público argentino”, explicó.

Mercedes incluyó en la carta el ragout de cordero al Malbec, un exquisito plato, que combina la típica carne sureña con la cepa emblema de los vinos argentinos. Su preparación es relativamente sencilla y demanda una larga cocción. “Lito, mi marido, elige con esmero a los proveedores de nuestras carnes y sostiene que en Rodeo la carne servida en un plato debe poder cortase solo con la cuchara”, afirmó.

Desde la parrilla despacha bifes de chorizo ( $ 120.-); Ojo de bife ($ 120.-); Entraña ($ 95.-) y Bondiola de cerdo ($ 100). En materia de guarniciones se puede optar por las papas fritas, papas provenzal, puré y variedad de ensaladas. Entre estas últimas se destaca la que incluye hojas verdes, champignones, tomates secos y hebras de parmesano.

Otro de los platos tradicionales en Rodeo es la provoleta, que se sirve de tres maneras diferentes: sola, con tomate y albahaca y completa. Es muy pedida por los instructores de esquí, como almuerzo ligero.

Rodeo nocturno

La parrilla y el restaurante Rodeo son uno de los pocos que abren también de noche en Catedral. Situado en el sector norte de la base, inicio de la telesilla que sube a Piedra del Cóndor, el lugar luce revestido de madera y tiene cuatro salones, uno de ellos VIP, donde también hay una carta especial de vinos, con etiquetas de primeras marcas argentinas. El salón principal tiene vista hacia la naturaleza, el sur es el más luminoso y el central se ubica junto a la barra.

La carta nocturna incluye papillote de trucha, panzotti de cordero o salmón, sorrentinos capresse y pollito a la mostaza con papas al verdeo. Entre los postres se destacan el mousse de chocolate, crepe de dulce de leche y helados artesanales.

Los Cavalli son familia de esquiadores y la actual nieta de Lito y Mercedes, Julieta Quiroga, integra el equipo nacional de esquí alpino. Su mamá, María Julia Cavalli, además de ser eximia esquiadora fue Reina Nacional de la Nieve.

Cenar en Rodeo, es un clásico en el invierno de Catedral. Para disfrutar de la gstronomía y tal vez recordar los famosos pasta party de los días jueves, una cita imperdible en los años noventa.

El lugar cuenta con una buena bodega, donde se pueden encontrar varias botellas de alta gama, como un Enzo Bianchi o un Angélica Zapata. También hay productos de las bodegas Pedriel, Uxmal, Zuccardi y Trapiche, entre otras.

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