Caseras, simples o rellenas, preparadas a la vista por Gabriel.

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La calle Elflein es sin duda circuito obligatorio de los proveedores de la ciudad. Verduras frescas, lácteos, carnes, huevos y variedad de condimentos, entre otros muchos productos, dan a las pastas, salsas y rellenos, los sabores que busca su experto titular, para quien hablar de calidad de “pastas” no es un problema.

Gabriel Arch está ligado a la gastronomía hace más de cuarenta años, en particular a las harinas, ya que trabajó mucho tiempo en panadería y repostería. Hoy es titular del restaurante “Las pastas de Gabriel” y se encarga de que la masa salga siempre igual,  uno de los lugares recomendados para comer pastas frescas, al estilo italiano.

El restaurante tiene cocina a la vista, con un sector de elaboración de pastas y otro donde se preparan los rellenos y se procede a la cocción. Gabriel trabaja en ambos sectores pero también recorre el salón, para levantar una mesa y  conversar con los clientes.

Sus platos se elaboran y rellenan en el momento, por lo cual el servicio demanda un momento de espera, ideal para saborear algunas de las entradas, también caseras, que se ofrecen en el lugar. Hay, así mismo, una buena variedad de vinos argentinos.

La base de la carta es fija y tradicional pero periódicamente se cambian algunos platos, sobre todo cuando los nuevos productos en el mercado merecen que así sea. Hay platos vegetarianos, como son las lasañas de verduras, los sorrentinos rellenos de calabaza, muzzarella y nueces y variedades de ñoquis.

Solo se sirven platos en base a pastas frescas, en una amplia variedad de formatos, rellenos y variedad de salsas. Los tallarines se elaboran en cuatro variedades. Los tradicionales, los verdes (con espinaca), anaranjados (con morrón rojo) y los negros (con tinta de calamar). Estos últimos se pueden pedir con salsa de langostinos pelados, un plato que constituye un verdadero manjar.

Desde el 2001 es un lugar clave para comer buenas pastas al mediodía y por la noche, durante los siete días de la semana.

Gabriel dijo que la proliferación de negocios gastronómicos en las dos primeras cuadras de la calle Elflein es un buen síntoma. “Hay variedad de oferta y la gente ya sabe que siempre va a encontrar un lugar donde comer bien”, explicó.

Es algo similar a lo que ocurre en las dos primeras cuadras de la calle Palacios. Hay que dejar el vehículo en las inmediaciones y luego, siempre habrá una mesa donde probar alguna especialidad.

 

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