Chimi, el bar del choripán

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El barrio cervecero sigue sumando nuevos comercios y el 6 de febrero 2018 abrió sus puertas “Chimi”, el primer bar de choripán de la ciudad. La propuesta es realmente muy buena y cautivó a los residentes y turistas que visitaron el local, emplazado en Elflein 73.

El emprendimiento pertenece a Guillermo Graziano y Pablo Bauer, amigos hace años y ahora socios. Buscaron hacer algo novedoso en el barrio cervecero, donde ya hay una veintena de bares y restaurantes, con propuestas de las más variadas. Pero ninguno ofrecía un choripán gourmet con una buena cerveza tirada. El “Chimi bar del Chori” es el primero.

Guillermo Graziano y Pablo Bauer, en su nuevo comercio.

“El chori es un producto emblemático en Argentina, tal vez el más difundido a lo largo y ancho del país. Basta con viajar desde Buenos Aires a Bariloche y ver los que se emplazan a la vera de las rutas. De allí nació la idea”, explicó Graziano. Se priorizó la impronta local, sin nombres en idioma extranjero, los posavasos tienen la bandera nacional y el horario con descuento en la bebida, de 18 a 20, no se denomina “happy hour” sino la “hora feliz”.

Valeria Bauer, hermana de Pablo y esposa de Guillermo, es la única gastrónoma del grupo, ya que es panadera y pastelera. Asesoró en la confección de la carta y la diagramación del servicio en la cocina y el bar. Las premisas: comida rica, de pronto despacho y productos que se puedan comer con la mano y si hace falta parado. Y a precios accesibles.

La cocina y parrilla están a la vista, detrás de un gran ventanal.

Las estrellas son los chori: el clásico, en pan con chimichurri, y dos variedades especiales: el ahumado, que viene con puré de berenjenas, tomates confitados y rúcula y el de chorizo candelario, con hongos, cebollas, queso Cheddar y panceta ahumada. Un producto rico y llamativo es el “panchori”, donde el chorizo de cerdo ahumado viene en el interior del pan, con morrones asados, Cheddar y verdeo. Se cocina en el horno y al servirse, solo se observa el pan recién horneado. También hay propuestas con pollo, morcilla, bondiola a la birra y vegetarianos. El chimichurri se presenta en pequeños frasquitos y cada comensal se sirve a gusto.

Los postres también son originales. Un chori de chocolate, con chimichurri de frutos rojos y una brochette vigilante, con queso y dulce. El servicio es ágil y todo se sirve en bandejitas de madera.

Todo se sirve en pequeñas bandejas, muy prácticas.

En materia de bebidas, predominan las cervezas, pero también hay gaseosas y aguas saborizadas. Hay seis canillas de birra tirada: tres de ellos son de Kraken, la cerveza elaborada desde el 2007 en Caseros, Buenos Aires, por Federico Bryant y Mariano Santarrosa. Una cerveza muy rica, que solo se comercializa en barriles. Comenzaron con la IPA, la Stout y la Red Ale. También hay Cream Ale de Bordona (Bs. As) y dos locales: APA Honey de Madiba y Session IPA de Peregrin. Asimismo hay cervezas artesanales premiun un porrones.

El bar es multimarca y las cervezas irán rotando. Comenzaron con dos marcas locales y de Buenos Aires.

El local luce muy bien decorado y se optimizó cada metro cuadrado. Hay una barra lateral y dos mesas internas altas para compartir, todos con banquetas. En el exterior luce un lindo deck, sobre la vereda. Dispone de un baño anexo para personas con movilidad reducida, pintado con montañas. Marcos Pellegrini, del estudio de arquitectura PL y Juan Anton Albertosa y Matías Lopez, de “Made in Los Coihes”, fueron los encargados del diseño y los trabajos.

El Chimi bar abre diariamente, a partir de las 18, y de lunes a viernes, durante el mediodía. Un lugar recomendado, para visitar.

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