Cristian Tamborini es sinónimo del whisky en Bariloche. No solamente lo toma, vende y dicta cursos al respecto, también fundó el Club del Whisky de Bariloche y recientemente abrió su propio bar. No está de paso y se ubica en un primer piso no obstante, al encontrarlo se descubre un verdadero templo donde se rinde culto al delicioso brebaje escocés.
Con solo hojear la carta de etiquetas que se ofrecen uno constata que allí se pueden tomar buenos whiskys. Hay variedad de marcas y estilos, también algunos single malt y el producto local, La Alazana. Se pueden degustar alrededor de medio centenar de estas espirituosas, muchas de ellas de prestigio internacional.
“Buscamos en esta carta el más profundo sentido del whisky, logrado hace siglos por los pioneros de esta noble bebida, y replicado en estos tiempos solo por algunas destilerías que luchan por mantener encendida la llama del agua de la vida”, escribieron Cristian Tamborini y Tato Rodríguez, socios en “So? Malt”, al inicio del menú.
Con todo lo antedicho no crea que esta nota se dirige solo a expertos, hay clientes y consumidores que desconocen qué contienen y cómo se fabrican las bebidas que se ofrecen e incluso, cual es la mejor forma de beberlas sin embargo, aquí está buena parte del desafío de este novedoso emprendimiento, captar a más cantidad de personas dispuestas a aprender sobre la materia de la mano de uno de los mayores referentes de la ciudad.
Se puede probar el Macphails 15, un Glendullan 2001, el Strathmill 2000 y un Linkwood 15, por citar solamente algunos. Hay dos single malt de Irlanda, en Tyrconnel y el Connemara, ambos con 40 grados de alcohol y también dos variedades de whisky elaboradas en Japón: Nikka Taketsuro y Suntory Hibiki.
Obviamente está toda la serie de whisky Johnnie Walker, desde el Red Label al Blue Label y algunas marcas habituales, como Chivas y Ballantines.
Lo curioso, o atípico de este lugar es que está ubicado en la planta alta de un negocio de venta de artículos deportivos y prendas de vestir en zonas de montaña. Patagonia Showroom, en Palacios 151, tiene indumentaria Northland y un local amplio y muy bien presentado.
Cristian explicó que el local estará abierto como bar durante el horario de apertura del negocio, de 9 a 22 horas. Durante el día se podrá tomar café y algo de repostería casera como así también algún sándwich, tostados, tartas y comidas típicas de un bar. El lugar dispone de una pequeña cocina con horno convector. Tato administra asimismo la confitería del Paseo de la Catedral que servirá de apoyo al nuevo emprendimiento.
Otra opción será probar “vino en copa” de las bodegas neuquinas Malma y Fin del Mundo, en todas las líneas que elaboran las bodegas. Esto tampoco es común en Bariloche.
Durante la apertura oficial, el viernes 01 de julio, tres gaiteros integrantes del grupo musical local que interpreta música escocesa, se lucieron con sus instrumentos dejando inaugurada finalmente la propuesta. Recordemos que la gaita y el whisky son dos íconos de Escocia.
En So? Malt se llevaran a cabo las reuniones y cenas mensuales del club del whisky, que previamente tuvieron lugar en la cervecería Yeska. Aquí el lugar sin duda permitirá concretar varios de los proyectos postergados, y por supuesto, disfrutar de buenos productos destilados.
