Nuevos vinos rionegrinos para el mundo

0

Dos nuevos vinos elaborados en Río Negro se presentaron por primera vez en sociedad. Ambos pertenecen a la bodega Chacra, aledaña a General Roca, y son el Barda, pinot noir 2008 y el Mainque, merlot 2007. Esta semana serán presentados ante la prensa especializada y empresarios gastronómicos de Buenos Aires, en las instalaciones del Faena Hotel. Son productos de alta gama, destinados a las vinotecas y los restaurantes gourmet de la cordillera.

“La zona del alto Valle de Río Negro y Neuquén es ideal para plantar viñas y elaborar vinos. El día que la gente se convenza de ello, la región cambiará significativamente”, explicó el empresario Piero Incisa della Rocchetta. Ponderó una y otra vez el clima y el suelo donde crecen las uvas con los cuales elabora sus vinos, que ya tienen muy buen prestigio en una veintena de países del mundo. Sus principales clientes residen en Estados Unidos e Inglaterra. Piero Incisa es un italiano de 42 años con pasaporte de “ciudadano del mundo”. Vive en Nueva York, Italia, Suiza y Francia y vacaciona en la isla Pantellería, la más austral de Italia.

El pinot noir es elegante, voluminoso y envolvente. De color claro, es un vino para tomar ahora y eventualmente guardar un par de años. Tiene sabor a fruta y sabores tostados. Por su parte el merlot es más intenso, con un buen cuerpo y recuerda a ciruelas, guindas y pimienta negra. Es una cepa originaria del sudoeste de Francia, de color rojo violáceo y poco brillo. Ambos fueron elaborados con la asistencia del enólogo danés Hans Vinding Diers.

La presentación de los nuevos vinos tuvo lugar en la sala de degustaciones de Patagonia Vinos, bajo las directivas y la atención de Anabella Alcuaz y Jorge Goriziano, asistidos por un equipo de expertos, integrado por Nicolás Noceti, Juan Carlos Salerno y Lurdes Cascarelli.

El auditorio reunió a varios de los más prestigiosos restauranters de la ciudad. Fernando López Scharp, de Yucco; Noemí Barcheta y Guillermo Kempin Pugni de Il Gabbiano; Damián Mondino, de Tinto Bistró; Erica Harsanyi de Naan; Santiago y Camilo Macías de i latina; Mariana Müller y Ernesto Wolf de Cassis concurrieron a la presentación. También asistió la sommelier del hotel Inacayal, Erika Lieva; Rebeca Leal Días, gerente de Villa Huinid; María Eugenia Yuste, de la revista Aire, entre otros.

Piero descubrió el Alto Valle gracias a Hans Vinding Diers, con quien compartió un encuentro de vinos en Nueva York. Corría el año 2001 y durante una de las cenas del encuentro Hans le hizo probar a Piero un pinot noir Marcus que había elaborado en Río Negro, para la bodega Humberto Canale. El empresario italiano quedó maravillado con el producto y no podía creer que haya sido elaborado en la Patagonia.

“Con Hans acordamos que visitaría su lugar de trabajo y así, en algunos meses, viaje hacia la Argentina”, explicó. En aquel entonces el enólogo ya había desarrollado la línea Marcus de Canale y se encontraba “experimentado” nuevos vinos provenientes de viejas viñas plantadas en el Alto Valle. “Me pase varias semanas trabajando en un antiguo galpón, donde mi amigo ‘el vikingo loco’ comenzó a elaborar vino malbec”, recordó.

Hans creo la bodega Noemía y Piero se convenció que la Patagonia es “un excelente lugar para elaborar vinos”. Recorrió decenas de viñas y al igual que el experto danés decidió invertir. En el 2004 compró dos hectáreas con vides plantadas en 1932 y cinco hectáreas con vides de 1955. Ambas fincas estaban totalmente abandonadas pero fueron desmalezadas y puestas en producción. De sus uvas provienen los vinos “Chacra 32” y “Chacra 55”, los pinot noir iconos de la empresa.

“El pinot noir es la única cepa que no tiene carácter fuerte, es casi transparente. Por ello, es muy difícil hacer buenos vinos. Yo mismo probé hacerlos en Europa, pero no logré los resultados esperados”, explicó. Dijo que en las inmediaciones de General Roca encontró dos parcelas ideales para elaborarlos.

En la bodega Chacra se trabaja de manera orgánica, biodinámica y totalmente manual. Su titular rechaza enérgicamente los agregados químicos y también la tecnología industrial que tienen las grandes bodegas. Todo el proceso se realiza en forma manual, el vino no es filtrado y recorre las instalaciones por gravedad. Allí reside el secreto para lograr vinos únicos.

Fernando López Scharp, Noemí Barcheta, Guillermo Kempin Pugni y Damián Mondino. Según Piero el Barda pinot noir cosecha 2008 es el más equilibrado que logró hasta la fecha. Se envasaron 28.290 botellas, que apenas pasaron dos meses por barricas de roble francés. Las uvas provienen de viñedos de unos 15 años, plantados en la zona aledaña al Valle Azul.

La línea de vinos de Barda son para el consumo inmediato y permiten una guarda de alrededor de cinco años. Por su parte la línea Chacra tolera una guarda de diez a doce años. Los primeros, en vinotecas, se pueden obtener entre 250 y 380 pesos y los Barda en 100. De la partida merlot se envasaron unas 2.500 botellas, cuyo costo orilla los 120 pesos.

Noceti estimó que el pinot noir de la Chacra 32 es uno de los mejores de Argentina y sin duda elevará la calidad de la cepa. Estos productos se pueden probar en los mejores bistró de la cordillera. Piero estima construir su bodega propia en unos 5 años. Actualmente viaja 4 o 5 veces por año a Argentina, para estar presente en los momentos más importantes de la producción.

Compartir