10 años con Michel Rolland

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Michel Rolland es una de las personalidades más destacadas del mundo del vino. Supo captar el gusto del paladar internacional y las bodegas más importantes del planeta contrataron sus servicios con el objetivo de ingresar con sus vinos en los mercados más jugosos. Los “caldos” más reconocidos de Estados Unidos, Chile, Francia y Argentina, por citar sólo algunos países, llevan el sello “by Michel Rolland”.

En abril de 2014 el enólogo francés estuvo en San Patricio del Chañar para festejar 10 años de trabajo junto a Bodega Del Fin del Mundo. Sin duda, un verdadero orgullo para toda la Patagonia vitivinícola que Rolland haya aportado su experiencia en una decena de vendimias. El estilo que él le otorga a sus vinos ha dejado huella en los caldos de la bodega neuquina y en el reconocimiento que el origen Patagonia ha logrado después del nacimiento de los vinos de San Patricio del Chanar.

¿Cuál es el estilo de los vinos de Rolland? Sin duda la palabra armonía es la clave. Armonía desde la entrada, la presencia de la fruta, la complejidad, mucha concentración, elegancia y una muy buena presencia en boca que se sostiene por un importante caudal de taninos suaves. Vinos potentes, caros y, sin embargo, jóvenes. Toda una toma de posición frente a la industria y al consumidor.

¿Cómo serán los vinos dentro de diez años?, se le preguntó a Michel Rolland. “Confío que serán muy buenos y mejores a los actuales”, afirmó sonriente, en diálogo con la prensa.

En las palabras de agradecimiento, Michel destacó: “Es un privilegio poder ser protagonista del nacimiento y continuo crecimiento de esta región, acompañar la evolución de las cepas y lograr vinos sorprendentes de un terruño único: San Patricio del Chañar en la maravillosa Patagonia Argentina.” El experto francés asesora a la bodega que está bajo la dirección de Marcelo Miras, jefe del equipo de enología.

El Special Blend es el vino icono de Bodega Del Fin del Mundo y, sin dudas, un fiel representante del estilo Michel Rolland. Durante el evento donde la bodega y el enólogo festejaron el trabajo en conjunto se ofreció una impresionante degustación vertical de este vino, que comenzó por la cosecha 2005 y llegó hasta la 2011, recién embotellada y aún sin etiqueta. La calidad de este producto es impecable y logra expresar las bondades del terroir neuquino.

Participar de una degustación vertical es sin duda una experiencia fascinante y si además se puede probar el vino ícono de la bodega aún más. La primera vez que Visión Gourmet participó de esta experiencia fue en junio del 2008, en Bariloche, cuando se probaron las primeras cinco cosechas de la bodega, entre el 2002 y 2006. ¡Cómo no recordar tan grato momento! Además, conocimos a uno de los referentes de la bodega neuquina, Juan Pablo Larrondo, quién hoy sigue con el mismo entusiasmo y profesionalidad para promocionar  los buenos tintos y blancos de San Patricio del Chañar.

La reunión resultó un éxito y decenas de empresarios y restauranteurs que venden los vinos neuquinos, periodistas, entidades públicas de la provincia y los principales distribuidores de la Patagonia asistieron al encuentro. Julio Viola, fundador y presidente, junto a Juliana Del Aguila, directora de bodega, recibieron personalmente a sus invitados

La comida estuvo a cargo de Pablo Buzzo, chef ejecutivo de la bodega, quien sorprendió con el maridaje de sabores de sus platos elaborados con productos regionales.

El nacimiento de los viñedos y bodegas de San Patricio del Chañar obedece a una decisión política estratégica pocas veces reconocidas por la prensa. El entonces gobernador neuquino, Jorge Sobich, volcó recurso del petróleo para otorgar créditos blandos que permitan desarrollar una nueva industria en la provincia. No todos los emprendimientos resultaron positivos, pero los que lo lograron demuestran que la decisión fue positiva.

En 1999 se realizaron las primeras plantaciones y en aquella oportunidad se plantaron unas dos mil hectáreas de viñedos, de las cuales 870 conforman actualmente la Bodega Del Fin del Mundo. Este suceso inédito en la región tuvo como resultado la construcción de otras bodegas en la localidad con las hectáreas restantes.

El 12 de abril de 2003 la Bodega Fin del Mundo abrió sus puertas marcando un hito en la producción vitivinícola de la provincia, bajo la administración de la familia de Julio Viola. Una nueva región vitícola y productora de vinos de alta gama nacía en Neuquén.

“Todo este emprendimiento comenzó hace 18 años con la construcción de un canal de riego, luego las plantaciones y a medida que los viñedos fueron creciendo se empezó a desarrollar la parte de las bodegas y acá estamos hoy,” resumió don Julio, sintetizando años de trabajo y esfuerzo. “La primera cosecha que tuvimos fue en el 2002 con apenas 40 mil kilos, y hoy estamos por arriba de los 11 millones de kilos anuales, lo que indica una evolución muy importante.”

Actualmente la bodega cuenta con una superficie de cultivo de mil hectáreas con uvas de Malbec, Cabernet Sauvignon, Pinot Noir y Merlot, además de Tanat y Cabernet Franc. De esta manera la Bodega Fin del Mundo posee 40 etiquetas, está presente en más de 30 mercados y continúa siendo una importante fuente de trabajo para los habitantes de San Patricio del Chañar y de diversas zonas de la región.

El gobernador Jorge Sapag supo apoyar la vitivinicultura neuquina y el intendente de San Patricio del Chañar junto al ministro de Desarrollo Territorial, Leandro Bertoya, participaron de un almuerzo con los empresarios del establecimiento, al cumplirse los 10 años de vendimias con Rolland.

El Special Blend, cuya añada 2006 logró el mayor premio internacional, sorprende por su jerarquía, son apenas trece vendimias. Más allá de la excelencia del producto en todas sus añadas, se nota un mayor aporte de la crianza en barricas de roble francés en sus versiones más antiguas. Ya en la cosecha 2009 se percibe una inclinación mayor de la balanza en favor de la presencia de la fruta por sobre la madera. Y la cosecha 2010 alcanza la mayor expresión de este gran vino, donde los aromas a frutos rojos cocidos nos seducen definitivamente, bien secundados por notas a cuero, caramelo y clavo de olor. El volumen de taninos se hace sentir con suavidad y el final de boca nos recuerda por un buen rato las causas por las que esta versión del Special Blend se alzó  con el Trophy al mejor vino de la Patagonia en el marco de la 9ª edición del Argentina Wine Awards 2015.

 

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