El sabor de una flor mendocina

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Anheladas por muchos extranjeros que vienen en busca de un sueño, las tierras cordilleranas de San Rafael se han convertido en una de las cunas más visitadas por inversores, capaces de abandonar sus países para iniciar en el sur mendocino la destacada tarea de elaborar sus propios vinos.

Aziz Abdul es uno de los que cuenta con orgullo su apasionante viaje y experiencias. Mientras invita con una copa de sus vinos en la vinoteca Freixa & Vinos, comenta algunos métodos y procedimientos que desembocaron en el primer lanzamiento de sus vinos.

Aziz es hindú y nació en Vietnam. Conoció el placer del vino en Francia. Radicado en París, junto a su familia, comenzó a buscar buenas tierras para emprender su sueño y abandonar la profesión de ingeniero en sistemas. Visitó varios campos y chacras de Europa y en un primer momento le hubiera gustado elaborar vinos en India. Recorrió hasta la región del Himalaya para encontrar tierras aptas para hacer vinos.

No pudo ser. Inconvenientes en adquirirlas, sumado a algunas recomendaciones de viajar a estas zonas, lo incentivaron a escoger otro destino. Gracias a un programa de televisión donde se promocionaba un viaje turístico a Ushuaia, realizó, de la mano de su esposa Nazma, su primer recorrido por la Patagonia Argentina. Allí probó por primera vez un vino mendocino, que tomó como señal para saber en qué zona buscar.

Un segundo viaje, directo a San Rafael, lo convenció de que ese era el lugar. Encontró una pequeña finca de 14 hectáreas llamada El Paraíso, con plantaciones de buenas uvas de unos 6 años, una casa cómoda y un clima que termino de convencer su inversión. De esta forma, Aziz Abdul dejó su casa en París y su profesión para radicarse en Mendoza.

Comento que a su llegada lo primero que hizo fue podar las vides al sistema francés para lograr buenos racimos, aunque en menor cantidad. Luego con ayuda del enólogo Gustavo Mosso empezó a armar la bodega, y a dedicar todo su tiempo a la elaboración de malbec y cabernet sauvignon.

Diseñó tanques de acero inoxidable para obtener la mayor cantidad de taninos de la uva. Asimismo aplicó el método de maceración en frío, con el grano de uva entero, a 15 grados, para adquirir el aroma y color intactos, sin que la uva pierda sus características.

Aunque siempre recibió el apoyo de toda su familia, no le fue fácil comenzar, con su esposa aún en París y sus hijas estudiando en Londres y en Viena. Actualmente, a pesar de la distancia las reúne en la marca de sus vinos «Chateau Hana», en donde la primera palabra refiere a sus orígenes franceses y la segunda, toma las iniciales de cada una de sus hijas Hema, Anjuli, la de su esposa Nazma y la ultima de su propio nombre, formando de corrido el nombre japonés que se traduce en «Flor».

«En poco tiempo mi esposa vendrá a vivir conmigo, ese día diré que San Rafael fue la mejor elección», afirma.

Finca El Paraíso cuenta con 6 hectáreas de vides, de las cuales Aziz obtuvo unas 10.000 botellas, 6.500 de cabernet sauvignon y las restantes de malbec. Otras 4 hectáreas tienen olivos y 3 ciruelos.

En diciembre del 2010 sus vinos, categorizados como de alta gama, salieron al mercado. Los productos son de color muy intenso, sin embargo, sobresale su frescor, ligeros, fáciles de tomar, con largo final en boca. En nariz sobresalen los aromas maduros típicos de estas cepas, a ciruelas principalmente.

Durante el tiempo que se degustaron, evolucionaron muy bien en copa, entendiendo de que son buenos vinos para decantar previamente. Ambos fueron macerados dentro de tanques de acero inoxidable en posición de cilindro acostado, una técnica para concentrar color y aromas, para luego sumar durante 12 meses las particularidades del roble francés.

Los «Chateau Hana» ya se pueden adquirir en la vinoteca Freixa & Vinos o degustar en los restaurantes Naan, Cassis, El Francés, Butterfly y próximamente en Il Gabbiano.

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