En las dependencias del hotel El Casco culminó una nueva edición del clásico ciclo invernal que cada año organiza Osvaldo Sánchez Salgado junto a la bodega mendocina La Rural. El periodista y experto en vinos creó hace una década un encuentro gourmet que se lleva a cabo en San Martín de Los Andes, Villa La Angostura y Bariloche, el cual reúne a los amantes del vino y la buena mesa en los restaurantes y vinotecas más destacados de cada ciudad.
Los encuentros “Experiencia Gourmet Rutini Wines” constituyen un clásico en cada temporada turística, tanto de verano como de invierno, y permiten degustar los buenos vinos Trumpeter y Rutini, maridados con exquisitos finger food y platos con productos regionales.
En la presente edición Osvaldo y Erardo Cursio, representante regional de la bodega, compartieron cuatro eventos en San Martín de los Andes, seis en Villa La Algostura y doce en Bariloche. “En materia turística, este invierno se vivió una temporada muy especial, marcada por la llegada tardía de la nieve, el volcán Calbuco que erupcionó afines de abril y la crisis de Brasil, que restaron visitantes hacia la cordillera”, evaluó Osvaldo. No obstante, agregó que la abundante nieve caída en agosto permitió reactivar la práctica de los deportes invernales y también prolongará la temporada durante todo agosto, lo que recovó los ánimos en los empresarios dedicados al turismo.
La presente edición llevó a cabo cuatro reuniones en San Martín de Los Andes, seis en Villa La Angostura y doce en Bariloche. En lo que respecta a la margen sur del Nahuel Huapi por primera vez se realizó una degustación en la localidad de Dina Huapi, en la vinoteca “Tiempo de Vendimias” y en la Escuela de Arte Culinario El Obrador, de Bariloche. Asimismo, se repitieron las citas en varios lugares clásicos, como los hoteles Villa Huinid, Aldebarán, Alma del Lago, Pire Hue, Llao Llao y El Casco. Entre los asistentes se destacó la presencia de Raúl Lavie, en el hotel Aldebarán, donde la cata terminó con buena música y exquisito menú..
Visión Gourmet compartió la velada con Osvaldo en la cena de clausura del ciclo invernal, en el hotel El Casco. Disfrutamos de los buenos vinos y también de la destacada cocina de Anita Arias, chef ejecutiva del lugar. En la mesa de Osvaldo compartimos la reunión con Martín, nieto de la baronesa Ruth Von Ellrichshausen, administradora del mítico hotel El Casco en los años setenta.
Sánchez Salgado, amigo de Ruth, recordó anécdotas gastronómicas compartidas con la baronesa, quien escribió varios libros con sus recetas de cocina, que marcaron una época de oro en la historia del turismo local. “Nunca olvidaré los espárragos blancos, que Ruth recibía de un productor artesanal de El Bolsón, que preparaba de manera magistral”, recordó.
La degustación, llevada a cabo en el salón posterior a la vinoteca, lució colmada de entusiastas por el vino, que ocuparon todas las plazas disponibles. Osvaldo, dirigió la reunión con su carisma y sabiduría habitual y ponderó las buenas concurrencias. Como es habitual, los ganadores del juego de cata, abocado gratamente en esta oportunidad a la Bonarda, obtuvieron un delantal de Rutini como premio.
El menú preparado por Anita comenzó con langostinos, pulpo y papas confitadas en pimentón español, maridado con el Encuentro Brut Nature Pinot Noir, realmente una combinación fantástica. El pulpo, en su punto justo, con una textura y sabor inolvidable.
El segundo plato fue un tibio queso brie, chutney de uvas frescas, nueces, miel y quinotos, que fue acompañado por el Torrontés Reserva Trumpeter.
Durante la cena Osvaldo destacó algunos secretos de los buenos vinos que acompañaron los platos y en particular de la línea Encuentro, una de las más nuevas de la colección Rutini. El Encuentro Cabernet Sauvignon acompañó el tercer plato, lomo cocido a baja temperatura, acompañado por cremoso se cebollas y mini graten de papas. Un plato que resultó delicioso.
Consultado sobre qué opinión tiene de las cervezas artesanales de la zona andina, Osvaldo fue terminante: “Muchas cervezas son avasallantes en la boca pero luego pura espuma”. La industria cervecera crece en forma sostenida en Bariloche donde ya se producen más de un millón de litros anuales.
La bondiola de cerdo, con puré de castañas, calabazas azadas fue acompañada por el Trumpeter Reserve Bonarda, una de las nueve cepas que envasa la bodega en sus líneas reserva, presentes en las cartas de los buenos restaurantes locales.
El último vino de la noche fue el Rutini Encabezado Malbec y obviamente el postre a tono. ¿Hace falta indicar que fueron tres chocolates? Presentados en formato pictórico, en un plato que comenzó en la vista, agradó al paladar y deleitó el gusto. Un final perfecto para un nuevo ciclo gourmet en la cordillera.
