Los tres mejores del 2012

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Para los restauranteurs el 2012 transcurrió agitadamente, ya que la crisis provocada por el volcán Puyehue continuó y muchos tuvieron que hacer malabares para mantener sus locales abiertos. No obstante, no hubo la catarata de cierres del 2011 y los que aguataron la baja comenzaron a vislumbrar un leve repunte.

La crisis del volcán confirmó una vez más la “regla principal” de un restaurante emplazado en una ciudad turística: “¡hay que priorizar al residente!” No en vano, los restaurantes que más trabajan siempre tienen público local.

Elegir los mejores restaurantes de la margen sureña del Nahuel Huapi no es por cierto una tarea fácil. Implica una selección primaria y entre los finalistas se impone una visita reiterada. Para ello, Visión Gourmet (VG) también cuenta con varios asesores y colaboradores.

Estamos convencidos que los tres restaurantes seleccionados cumplen con todos los requisitos que priorizamos en la evaluación: buena gastronomía, atención personalizada, óptima relación precio-producto, ambiente agradable, variada oferta en vinos y facilidad de estacionamiento vehicular.

Los tres lugares seleccionados se incluyen en nuestro listado de propuestas gourmet, pero esto no implica que en próximas evaluaciones no podamos incluir una parrilla, una pizzería o una cervecería. Para ser justos, varios de estos restaurantes trabajan mucho más que los seleccionados, ofrecen excelentes productos y tienen buenos precios. Pero, en una evaluación integral, se impone la gastronomía de alta cocina.

Almazen de Sabores

Si bien el restaurante de Lucila y Franco Ambrosi se ubica en la vecina localidad de Dina Huapi, forma parte de la buena oferta gastronómica de Bariloche. Es sin duda un referente a la hora de elegir una buena mesa y por ello recibe la distinción de Visión Gourmet por segundo año consecutivo.

Su cocina se destaca por los platos elaborados con productos de estación, con un tratamiento cuidado de cada ingrediente y muy buena selección de condimentos. Todas las semanas hay un menú degustación, con entrada, principal y postre, con recetas de numerosos países del mundo. Se pueden probar platos con impronta oriental, mediterránea y latina, entre otros.

El restaurante es pequeño, con 22 cubiertos, y muchos de sus platos tienen cocina de autor. Franco y Lucila son cocineros y ambos arman la carta, pese a que en el local ella se encarga del despacho y el de las ollas y sartenes. Sus platos son pictóricos, magníficos a la vista como también al paladar.

 

Chez Philippe

El tradicional restaurante del barrio Belgrano confirmó una vez más que el placer por la buena mesa es hereditario. Creado por Philippe Zwoboda y su esposa María Cristina en 1991, tiene el formato de bistro familiar y su cocina se especializa en carnes vacunas y comidas elaboradas, caracterizadas por sus orígenes franceses y sus ancestros eslavos. Combina sabores fuertes, como el de determinados hongos, con la crema, lo cual permite lograr un sabor muy especial.­

Actualmente es administrado por Déesire, hija de Philippe y María, quien resultó la mejor alumna del cocinero rudo pero bonachón. Chez Philippe cuenta con sólo siete mesas y por lo tanto puede recibir hasta 26 personas. Atiende únicamente por la noche, a partir de las 20 hs. y debe realizarse reserva previa. Frente al local nunca hay problemas de estacionamiento.

Entre las especialidades se destacan: navarín de cordero, bagna cauda, fondue de queso en tres variedades, lomo con morillas o trucha a la manteca negra. Para acompañarlos hay una selecta carta de vinos mendocinos y rionegrinos.­

 

Kandahar

Otro restaurante tradicional de Bariloche, con más de 25 años ofreciendo muy buena gastronomía, en un ambiente familiar y muy bien decorado. Creado por Marta Barber, eximia esquiadora y decoradora, lleva el nombre de una tradicional competencia de ski.

Emplazado frente a la Plaza Belgrano, en el barrio homónimo, es atendido por Manuel García Susini y la cocina está a cargo de Andrés Huber con la asistencia de Elena Prieto, quien cocinó también con Marta Barber. En lugar siempre mantuvo un estilo inigualable en cuanto a decoración, único y a gusto de sus propietarios, con una vistosa barra y también un living con cómodos sillones tapizados con cueros de oveja, ideal para el encuentro de los amigos comensales.

Su carta incluye platos de la cocina francesa e italiana, elaborados en base a productos locales de estación y carnes de la Patagonia. Platos para disfrutar y deleitarse en un ambiente intimista. Tiene 44 cubiertos y abre por las noches, siendo recomendable hacer reserva previa.

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