A fines del 2016 abrió en Villa La Angostura una nueva cervecería que promete ubicarse entre las preferidas por los amantes de la buena birra. Y tiene con qué. Un lugar privilegiado, gastronomía de excelencia y una selecta variedad de cervezas completan la propuesta. Y tal vez la principal referencia es que uno de los socios en el emprendimiento es Darío Lezten, sin dudas un referente en el mundo de las birras.
El “Bier Club” se emplaza sobre la ruta de acceso a la villa, justo frente al Country Club Cumelen, a unos 10 metros de altura de la ruta. Posee obviamente un lindo deck, con vista hacia la naturaleza. Previamente funcionó allí “Catalina” un disco pub que se mudó al centro de Villa La Angostura.
El emprendimiento surgió con el aporte de tres parejas, que forman la sociedad. Mucha gente a la hora de repartir las utilidades pero necesarios para llevar adelante un emprendimiento que demanda muchas horas de trabajo. El equipo lo integran Sandra y Darío Lezten, Mariela y Alejandro Lienhard y Melina y Ariel Carmona, estos últimos ausentes en la inauguración. A ellos se suma el staff de mozas y cocina.
La apertura oficial tuvo lugar en un atardecer idílico, que anticipó lo que promete ser un verano caluroso junto al Nahuel Huapi. Ideal para tomar cerveza artesanal.
Y en este punto, el lugar ofrece las variedades de Epulafquen, la cerveza emblemática de VLA, que elaboran Mariana y Diego Sierra desde el 2001, “Volksbier”, que cocina Valeria Labud y obviamente las cervezas Lezten, que se fabrican por ahora en Rosario. También hay una importante cantidad de birra envasada, tanto de marcas argentinas como del exterior.
En la apertura, donde tocó el grupo de jazz Tabano, Darío agradeció a todos los que colaboraron para que se concrete el proyecto, en particular a Diego Sierra, de Epulafquen. Asimismo destacó el trabajo de Alejandro, quien se puso el emprendimiento al hombro y logró que la apertura se concrete antes del verano.
En la carta gastronómica se destacan las picadas, ensaladas y hamburguesas. Pero no hay pizzas, algo difícil de obviar en una cervecería… Si hay tapas, un complemento muy importante. Entre ellas cuatro variedades de papas, rabas, muzzarelitas rebozadas, cubos de queso provolone, dados de pechuga de pollo fritos o finger food de cerdo braseado con salsa barbacoa. Todo ideal para compartir con una pinta.
La mayoría de los platos tiene nombres lugareños. Las picadas se sirven en formatos de 2 y 4 comensales y reúnen los buenos quesos, fiambres y ahumados regionales. Se destacan una picada vegetariana y otra vegana y también hay tablas de quesos solos. Y también ricas ensaladas, ideales para un día de verano.
Entre las hamburguesas también hay opciones veganas y otra opción son cinco variedades de sándwiches. Como postre hay “biermisú”, el tradicional tiramisú italiano elaborado con cerveza Stout, semifredo de frutos del bosque, “chocostout” (torta de chocolate con cerveza negra) y variedad de helados.
Las cervezas en botella tienen una carta especial y las tiradas se indican en el pizarrón. La variedad es selecta, ya que Darío es juez internacional de cervezas BJPC y además elabora la propia.
La carta no incluye vinos ni gaseosas, pero si aguas minerales o saborizadas, licuados de frutas, jugos exprimidos, café Nespresso, variedad de tés y algunos whisky.
En resumen, una buena propuesta, pensada para residentes y turistas en la costa norte del lago Nahuel Huapi.
