A Puro vino en Bariloche

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Iniciado el invierno en la región, la primera edición de Puro Vino movilizó el espíritu de colaboración de sus organizadores, amigos, representantes de bodegas, sommeliers y profesionales del rubro para darle a la ciudad turística de los lagos un evento significativo y nunca antes experimentado.

Nicolás es sommelier y socio propietario de los vinos y cervezas de la marca “Solo el amor salvará al mundo”. En vísperas de ser padre junto a Rebeca Leal Díaz, decidieron llevar a cabo un viejo anhelo: organizar una gran feria de vinos. Pensaron en unas 30 bodegas, sin embargo al poco tiempo de iniciarse la convocatoria habían casi duplicado lo previsto.

Para que nadie se quedara fuera escogieron con mucha probabilidad el mejor lugar para un evento de estas características: las instalaciones de BEC (Bariloche Eventos y Convenciones), diseñadas para estas y otras reuniones y por ello, la mitad del éxito se mantuvo asegurado.

Se publicaron avisos en las redes sociales, se dieron entrevistas en los medios de comunicación, se prepararon y sellaron con el logo de la expo más de 400 copas y se pusieron en venta las entradas en varias vinotecas de la ciudad. Otro trabajo y despliegue significó la gastronomía ofrecida junto a las degustaciones, variada, rica y simple y aunque se previó la asistencia de un público considerable, no quedaron ni las migas.

Hasta último momento la movida se vio silenciada, no obstante llegado finalmente el 24 de junio, jornada en la que se desarrolló el evento de 17 a 23 hs., los salones de BEC, con más de 30 stand distribuidos en dos plantas, se vio desbordado. La primera edición de Puro Vino Bariloche había llegado a tal nivel de éxito, con venta de entradas al ingreso, que pasadas las 21 hs. no cabía un alfiler. Más de 600 personas se encontraban disfrutando de todo lo que sucedía ahí dentro: Música en vivo, gastronomía y la más elegantísima selección de etiquetas.

No bastó una copita…

Representantes comerciales, sommeliers locales y reconocidos enólogos hacían historia. Esta vez se dedicaron a conversar con la gente. No solo hubo una copita para el invitado. De la A a la Z se habló de vinos, de los climas, la producción, los estilos, las preferencias, los maridajes y del esfuerzo que conlleva, para todos los integrantes y eslabones de una bodega, realizar un buen producto. “No se trata simplemente de invertir dinero, son muchísimas horas al día de trabajo duro. No le hablamos a la gente solo para que compre nuestro producto sino para que valore toda la góndola”, sostuvo el mendocino Matías Michelini, enólogo de Passionate Wine.

Por su parte, “es importante que la gente aprenda sobre lo que consume. En cuanto a vinos, no solo a distinguir un blanco de un rosado o un tinto. A pesar de que cada vez hay más variedades y estilos para experimentar, los consumidores nos desentendemos sobre el aprendizaje y la valoración. Hay una preferencia por lo viejo, aquello que funcionó y se reinventa, como la barba o los moños, la indumentaria. Sin embargo sobre lo nuevo… Por eso están de moda los Red Blends, un reinvento de los que conocemos como “de corte”. Estas nuevas opciones acarrean toda una vida de combinaciones por lo que algo hay que saber, incluso para no ser estafado”, manifestó Juan Garabito, de la centenaria bodega rionegrina Humberto Canale.

Entre blancos, rosados y tintos se presentaron unas 200 etiquetas de diferentes estilos, gamas y provincias productoras como Río Negro, Neuquén, Mendoza y Salta. También se pudieron degustar los aceites de oliva de Las Grutas y de Mendoza, sidra de Villa Regina y cerveza artesanal producida en El Bolsón.

Sorpresas de la noche      

Los deliciosos FraNui (frambuesas cubiertas por chocolate blanco y negro) de la firma Rapa Nui se inmiscuyeron entre las más de 50 bodegas. No solo constituyeron un “mini detalle”, más aun se descubrieron como un excelente maridaje con los vinos.

La barra fue otra de las sorpresas y no precisamente por competencia. Entre tantísima cantidad de elegantes fermentos, el bartender Mauro Varela complementó el recorrido con tragos a base del gin argentino Príncipe de los Apóstoles, elaborado con yerba mate, eucalipto, peperina y pomelo rosado, creación de su reconocido colega Tato Giovanonni por lo que no quedan dudas respecto a su nacionalidad.  En un puesto contiguo se ubicó el stand de Alun-Co, agua mineral de montaña, donde su propietario Marcelo Ferrer presentó sus nuevos envases de cajas de cartón. Al igual que con los vinos cuando se hizo pública esta tendencia con los de media y alta gama, esas bonitas cajas con grifo se denominan Box y la marca barilochense ya comercializa la suya.

Por su parte, muy acertada la propuesta gastronómica que acompaño la degustación, que fue ofrecida por la cocina de BEC, a precios acordes y en formato finger food. Había empanadas, papas bravas, tablitas de quesos y fiambres y sandwichitos de roast beef. Una vez más, felicitaciones a su chef de cocina, Julieta Marmorato.

Puro Vino BRC 2016 fue un evento que satisfizo las expectativas de expositores y asistentes por lo cual es de esperar que se repita en 2017. “Al principio nos asustamos, había muchísima gente. Después comprendimos que nuestra convocatoria estaba siendo más que exitosa. Hacía falta un evento así”, resumió Noceti. “Recorrimos todos los stands y conversamos con los visitantes con el objetivo de recabar opiniones sobre todo aquello que se podría mejorar para una próxima edición. Con mucha probabilidad Puro Vino BRC se sumará al calendario de eventos gastronómicos en la ciudad”, concluyó. La fecha elegida también parece ser la adecuada, al inicio del invierno, demostrando todo ello que en Bariloche también es posible un despliegue vínico multitudinario.

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