Visita a bodegas en San Patricio del Chañar

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La visita a las bodegas de San Patricio del Chañar, distante a 50 kilómetros de la ciudad de Neuquén, constituye un interesante paseo turístico y recreativo, que permite observar una nueva y pujante actividad económica y también disfrutar de la buena gastronomía. Una de las propuestas más recomendables es visitar las bodegas Del Fin del Mundo y NQN, propiedad del mismo grupo económico, que ofrecen visitas guiadas, degustación de productos y buena cocina neuquina, con productos autóctonos.

Es recomendable visitar en primer término la bodega Del Fin del Mundo y luego NQN, ya que la segunda tiene un restaurante gourmet abierto al público. El paseo demanda unas 6 horas, desde media mañana a la tarde. Además de visitar las instalaciones se recorren los viñedos, con las diferentes uvas plantadas. La época ideal es hacerlo en verano, antes de la vendimia. En junio es época de poda, con más viento y frío y en primavera las plantas comienzan a florecer.

La BFM es la más grande del valle y tiene un edificio principal con cuatro módulos, con capacidad para elaborar 8 millones de litros. Allí se pueden ver 200 tanques de acero inoxidable con control de temperatura para fermentación, 2200 barricas de roble francés y americano, 10 toneles de roble con control de temperatura, 100 piletas de hormigón para conservación. Todas las instalaciones, como la maquinaria (prensas, embotelladora, etc.) son de última tecnología. Posee también una cosechadora mecánica, única en su tipo para Argentina. El edificio dispone de lugar para desarrollar un futuro complejo turístico, con varias suites, salas de recreación y un buen restaurante, todos con vista a las viñas.

Juan José Larrondo, fue nuestro anfitrión en la empresa. El edificio de la bodega está rodeado de viñas, también equipadas con moderna tecnología y riego por goteo. Esto permite producir los diferentes vinos Postales del Fin del Mundo, Ventos, Newen, FIN y Special Blend, el vino ícono. Actualmente está en las vinotecas el Special Blend 2008, que tolera un tiempo de guarda de 10 años. Es un vino de color rojo púrpura intenso, con aroma a frutos rojos, con notas de coco, chocolate y tabaco. En boca se presenta frutado, sedoso, equilibrado, con palpables taninos suaves. Su maceración duró 31 días y la fermentación fue maloláctica. Reposó 18 meses en barricas de roble francés y fue embotellado en mayo del 2011.

Otra opción es probar el FIN Single Vineyard Malbec 2008, embotellado en octubre 2010 y el Gran Reserva 2006, que incluye las cepas Malbec (335), Cabernet Sauviugnon (29), Merlot (23) y Cabernet Franc (15).

Después de recorrer la bodega y probar sus vinos continuamos viaje por la ruta 7, hasta llegar a la bodega NQN, que tiene la particularidad de verse desde la cinta asfáltica. Su fachada es imponente y nuestra un prolijo diseño de arquitectura. En uno de sus laterales se ubica Malma resto-bar, que tiene panorámica vista hacia los viñedos.

Dispone de visitas guiadas diarias, de 10 a 17, y se puede hacer consultas y reservas previas llamando al 0299-489-7500, interno 229. Visión Gourmet fue guiado por Florencia Peacock y pudimos visitar las piletas de hormigón, los tanques de acero y los depósitos de barricas de roble, donde reposan los buenos vinos neuquinos. Dispone de una magnífica sala de degustaciones, donde también se pueden comprar las diferentes variedades de vinos.

El restaurante está a cargo desde el 2003 por el chef Matías Nuñez y tiene una carta que varía por estaciones. El salón tiene dos laterales vidriados, con vista a las viñas y la ruta. También hay una vitrina con los vinos del establecimiento.

Entre las entradas hay antipasto con quesos especiados, berenjenas en escabeche y tomates confitados. Se puede probar trucha, pollo, pastas y variedad de carnes. Las hay a la parrilla, bife de chorizo, entraña y pollo. También hay un horno de barro, donde se preparan guarniciones para las carnes, como papas con romero o batata con salsa de miel y cerveza o humita y tomates secos. Otra opción es el cordero, una pata trasera (gigot) marinada, cocida con salsa en reducción de Merlot, acompañada por vegetales guisados en ratatouille, mayonesa y ajos asados.

A la hora de los postres se puede optar por un crumble de peras, ratatuille de manzana, mousse de dulce de leche artesanal y coco quemado o el tradicional queso y dulce.

Después del almuerzo se puede recorrer la bodega y si esto tuvo lugar previamente el resto-bar constituye un ámbito ideal para prolongar la sobremesa, charlar sobre las dos bodegas recorridas y los magníficos emprendimientos conocidos.

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