La parrilla de Mario en Catedral

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El Refugio 1931, en el primer piso del edificio Kaltschmidt del Club Andino Bariloche (CAB), en la base del cerro Catedral, es considerado por instructores de esquí y residentes como uno de los mejores lugares donde comer en la base de la montaña. Ofrece excelentes carnes a la parrilla, truchas, pastas y minutas, variedad de postres y vinos, en un ambiente agradable y muy buena atención.

Mario Bustamante en el Refugio 1931.

Al frente del emprendimiento esta Mario Bustamante, conocido por todos como “el Tucu”, por ser tucumano. Reside hace más de tres décadas en Bariloche y tiene una extensa trayectoria gastronómica como mozo. También supo ganar varias carreras de mozos, durante las Fiestas Nacionales de la Nieve. Hace años administra el comedor del Ski Club Bariloche en Catedral y también la parrilla de Tucu, en el kilómetro 8 de Bustillo.

El restaurante se emplaza en el primer piso del edifico Kaltschmidt.

El Refugio 1931, recuerda el año en que se fundó el CAB, abre sus puertas de 12 a 18 y no trabaja con reservas previas. Para comer hay que ir al lugar. En en temporada alta invernal se puede cenar y cierra a medianoche. El restaurante luce muy bien decorado con panorámica vista hacia el complejo invernal. Abrió sus puertas en julio de 2018, después de una importante remodelación edilicia.

Vacio con pure, uno de los clasicos del refugio 1931.

La carta combina platos de parrilla y cocina. De la primera salen chorizos y morcillas, provoletas, truchas y cortes de carne, cordero y cerdo. Los más demandados son el ojo de bife, la entraña, el vacío y el bife de lomo. También la bondiola de cerdo. Hay variedad de guarniciones y ensaladas para acompañar cada plato.

La parrila esta a la vista y prepara los mejores cortes de carne argentina.

En la cocina se preparan ricas sopas (verdura, remolacha, cebolla y crutones), empanadas, milanesas, supremas de pollo y pastas con salsas. También se puede ordenar un plato de ciervo a la cazadora.

El salón es amplio y con panorámica vista al centro invernal.

Como postre se puede pedir un flan o budín de pan con crema y dulce de leche, un panqueque, helado con frutos rojos o seleccionar una torta de la heladera que luce en el salón.

Las tortas lucen a la vista.

En materia de vinos, hay una surtida vinoteca. Los interesados pueden acercarse hasta ella y seleccionar la botella a tomar. Hay buenos tintos mendocinos, algunos de primeras marcas. Se puede elegir un Catena Zapata, un Malbec Trivento, un Cabernet Sauvignon de Bramare, un Don Nicanor de bodega Nieto Senetiner, un Dante Robino o tintos de finca Ambrosia, entre otras etiquetas.

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