Madurado propone carnes de excelencia

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El nuevo restaurante emplazado en el Club de Regatas Bariloche abre sus puertas a la buena gastronomía y hace honor a la carne y los excelentes vinos de Argentina. El emprendimiento pasó un largo periodo de “maduración” (la remodelación de las instalaciones y el emplazamiento de la parrilla demando casi dos años) pero el resultado hace honor a su nombre. No en vano, las cosas buenas, maduran con el tiempo.

Las carnes se sirven sobre planchas de hierro y madera con salsa criolla y chimichurri.

El lugar se especializa en carnes y ofrece como especialidad las maduradas, que permanecieron más de 50 días en una heladera especial, donde el producto se somete a un proceso de deshidratación y refrigeración controlada, que permite que se evaporen los líquidos y la grasa y, luego de su cocción a las brasas, resulta un producto mucho más tierno al paladar.

Matías, bajo las instrucciones de Pablo Quiven, dora las carnes sobre el fuego.

          Tanto la heladera donde maduran las carnes (piezas enteras, con huesos), como la parrilla, están a la vista de los comensales. Matías, mendocino, es uno de los encargados de manejar los fuegos, la parrilla y la plancha, donde se doran los pedidos. También hay un horno de barro. Todo muy moderno y funcional.

La heladera, donde maduran las piezas de carne, es un atractivo adicional del salon principal.

El lugar cuenta con una surtida barra, donde se preparan variedad de tragos. Ideales para inicial la cena o bien para prolongar la misma después del postre. En materia de entradas se pueden pedir empanadas (al horno), provoletas o una burrata frita. También hay una interesante carta de vinos, con etiquetas de bodegas mendocinas y patagónicas.

Los cortes madurados se presentan de manera muy vistosa.

La carne madurada se ofrece en tres cortes: T-Bone, Chuletón o Tomahawk, con porciones generosas, que permiten ser compartidas, acompañadas por una guarnición de papa y verdura. Pero también se puede pedir carne sin madurar: un ojo de bife o un bife de chorizo (en porciones de 450 gramos), entraña, medallón de lomo, picaña o matambre de cerdo. Para acompañarlos hay variedad de muy buenas ensaladas y diferentes guarniciones con papas y verduras grilladas.

El salón privado luce muy bien decorado.

Otras opciones son el locro sureño, guiso de montaña, osobuco braseado sobre polenta cremosa o la musaca (pastel de berenjenas asadas, carne de cordero y 7 especias árabes, gratinado al horno de barro). Los que no comen carne pueden pedir un curry de vegetales con leche de coco y curry hindú.

La cava permite reuniones con catas guiadas y muy buenos vinos.

El salón comedor principal tiene una fantástica vista hacia la bahía Campanario del lago Nahuel Huapi. Admite 40 comensales en un ambiente muy bien decorado, funcional y con posibilidades de agrupar a varias personas en una misma mesa.

Anabela Alcuaz, durante una cena guiada con vinos mendocinos de la bodega Arizu.

En el sector norte del salón se emplaza la cava y un salón pequeño. En la cava, hay una mesa alta, que permite compartir degustaciones y cenas para 10 comensales. Un lugar fantástico, ideal para una reunión de amigos. Con vinos Luiggi Bosca y una cata guiada por Anabela Alcuaz, prestigiosa master of vine de Bariloche, la reunión promete ser inolvidable. El otro salón, con una mesa baja, permite reunir 6 comensales y disfrutar de una velada intima, en un ambiente muy bien decorado.

Carlos Patarata y Pablo Quiven son los anfitriones del lugar.

Madurado es una creación de Pablo Quiven, reconocido cocinero y chef barilochense, asociado con Carlos Patarata (empresario gastronómico local) y sus parejas, Mariana y Claudia. El mix se presenta muy interesante y el tiempo dirá si madura tan bien como las carnes.

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