Rutini confirma su esencia

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La Experiencia Gourmet Rutini Wines 2022 comenzó en San Carlos de Bariloche de la mejor manera: con una amena velada en el hotel El Casco, con un menú por pasos y la degustación de los buenos vinos mendocinos de Valle de Uco.

La cita marcó el retorno del creador de este ciclo gourmet, Osvaldo Sánchez Salgado, quien por diferentes motivos y el Covid 19 estuvo alejado de esta ciudad durante 3 años. Osvaldo, como los vinos Rutini, mantiene su esencia y junto a Fernanda López Lubián, sommelier de la bodega, deleitaron a los presentes con instructivas referencias sobre los buenos vinos.

El salón principal del hotel fue escenario para la degustación de los vinos Rutini.

Entre los asistentes cabe destacar a Ignacio “Nacho” Gutiérrez Zaldivar, propietario de El Casco Art Hotel, quien compartió la mesa principal junto a un grupo de amigos. Y obviamente no faltó Erardo Cursio, coequiper de Osvaldo a lo largo de los ya quince años que lleva el ciclo, sin duda la mejor acción de gastronomía y vinos que se lleva a cabo en la Zona Andina de Patagonia.

Roll de palta y langostino, maridado con Extra Brut Rose de Malbec.

La copa de bienvenida, Extra Brut Rose de Malbec, fue maridada con un roll de palta y langostino. Una combinación perfecta. Los ánimos estuvieron bien predispuestos para que Osvaldo y Fernanda se explayen sobre las novedades tecnológicas que se fueron agregando a la nueva bodega Rutini Wines, construida en Gualtallary. Explicaron que los “huevos de cemento”, donde se guarda el vino, fueron reemplazados por tanques de acero y que la bodega tiene la mayor cantidad de roll fermentor de 600 litros. Una bodega moderna y muy vistosa, que en VG tuvimos el gusto de conocer.

El lenguado, cocinado en horno, fue acompañado por el Rutini Sauvignon Blanc.

El segundo paso fue para el lenguado, acompañado por puré de habas, brócoli y tomates cherry, que fue maridado con el Rutini Sauvignon Blanc, uno de los vinos clásicos de la bodega.

Panacota de provolone con tomate y albahaca.

El siguiente plato permitió el ingreso de los vinos tintos, en este caso un Reserva Malbec. Los cocineros prepararon una panacota de provolone, con tomate y albahaca. Un plato bien fresco, bien pensado como anticipo del siguiente.

Ignacio Gutiérrez Zaldivar compartió conceptos sobre el vino con Osvaldo y los asistentes.

El plato principal fue elaborado con carnes de cordero, en diferentes cocciones. Fantásticas las costillitas, en su punto justo. Los cortes de cordero fueron acompañados por cous cous, papines, nabo y remolacha. Un plato que distingue al nuevo chef ejecutivo del hotel, Gabriel Salinas, quien sucedió a Lucía Arias.

Un gran plato junto a un gran vino: cordero en diferentes cocciones y Dominio Rutini Cabernet Sauvignon.

Gutiérrez Zaldivar es un exquisito gourmand y la cocina de su hotel siempre fue de excelencia. Arias sucedió al primer chef, Martín Erkekdjian y ahora Salinas ocupó el lugar de Lucía. Pero la calidad y la línea gastronómica mantienen la directriz trazada por Nacho para el establecimiento. Ir a cenar al Casco siempre es un grato placer.

Vision Gourmet junto a Erardo y Fernanda, en la bienvenida al regreso de Osvaldo a Bariloche.

Un buen plato merece ser acompañado por un gran vino, y para esto Fernanda y Osvaldo eligieron el Cabernet Sauvignon Domingo Rutini, con uvas cosechadas en los viñedos de Gualtallary, en el corazón del valle de Uco, en Tupungato. Mariano Di Paola, enólogo de la bodega, dispuso que el vino repose 14 meses en barricas de roble francés y luego sea estibado en botella durante otros 12 meses. Sin duda un gran Cabernet Sauvignón, que fue muy ponderado por los asistentes.

Los ricos postres de El Casco, un clásico.

Los postres siempre fueron un clásico en El Casco. Ana Lucía Arias es una experta en ello. Y el equipo que ahora dirige Salinas demostró estar a la altura. Degustamos un sablée de almendras, ganache de chocolate y crema Caramel, higos, sorbette de grosella y merengue bruleado. Muy rico. Y bien acompañado por el Trumpeter Reserve Fortificado. Un digno final para la primera velada y el retorno de Osvaldo a su gran pasión, las reuniones instructivas sobre vinos.

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