Una nueva aventura gastronómica, el raw food

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Luego de unas semanas en remodelación, el restaurante Covita presenta en su nueva carta elaboraciones que respetan los conceptos de esta novedosa tendencia, que elige el consumo de alimentos frescos, sin cocción, para consumirlos vivos en su punto nutricional óptimo.

“Antes que nada, es comida orgánica, esto es, elaborada con materias primas vírgenes de todo proceso industrial. Segundo, es vegetariana, no incluye nada que alguna vez haya tenido ojos. Tercero, jamás se expone a ningún método de cocción”, explicó Guillermo Andreani. “Y, lo más sorprendente, es gourmet. Si se piensa en ensaladas, nos olvidamos por el momento. Estamos hablando de picadas de quesos (no lácteos), lasañas (sin carne), curry (de vegetales) y cheese cakes heladas, obviamente, sin cremas ni quesos”, agregó Marianita Criado, quien lleva adelante el afamado emprendimiento junto a Guillermo, en zona céntrica de Bariloche.

Las remodelaciones quedaron impactantes, el nuevo color verde de las paredes aporta vida al establecimiento, energía para el comienzo de estas nuevas estaciones cálidas.

Su nueva carta, expresada en una amplia pizarra comienza promocionando sus exquisitos curry, sopas y ensaladas, para disfrutar como entradas de un saludable almuerzo o por las noches solo los días jueves, viernes y sábados. Luego, continúa con woks de vegetales, yamani y seitán, cereales y legumbres, con vegetales y cítricos, pescados y fideos de arroz agridulce y sus clásicos veggie burgers, pastas integrales, milanesas de seitán, todos acompañados de panes caseros 100% elaborados con harina integral.

A su derecha, la pizarra finaliza con preparaciones raw food, con acelga, tomates secos, ricota de girasol, nori maki de quínoa y muchos vegetales.

Una de las preguntas más frecuentes, luego de entender el eje de esta tendencia, para luego ponerla en práctica, es ¿cómo se puede hacer una masa de tarta o de pasta sin nada de lo que normalmente se usa para ligar ingredientes?, cuya respuesta, según fieles seguidores es, a partir de técnicas como fermentar, moler, brotar y deshidratar, que son las formas más antiguas que inventó la humanidad para conservar la comida.

El resto de la receta es simple. Los alimentos se utilizan en su punto nutricional óptimo, frutas y verduras frescas de estación, semillas «activadas» o germinadas, fermentos, brotes crecidos de dos días con los que se procesan tragos desintoxicantes de clorofila pura. Como los métodos de preparación son pocos y «limpios», se come, en definitiva, comida viva, energía vital. Por eso también se la llama life food, para la cual la vida está determinada por las enzimas que se destruyen con la cocción a partir de los 40º. Como son necesarias para la digestión, el organismo se ve obligado a recurrir a su propia reserva para asimilar los nutrientes. Con la comida viva, en cambio, se obtiene la máxima energía de los alimentos para no gastar la del propio cuerpo en digerirlos.

Los beneficios que reportan los fanáticos son muchos, mayor vitalidad, mejor ánimo, más atención y cambios notables en la piel, amén de una bendición a nivel digestivo. Por lo menos, bien vale una aventura gastronómica.

Covita cumplió tres años y remodeló su salón con llamativos y energéticos colores para invitar a todos sus aficionados a disfrutar de su nueva presentación frente a la plaza de la Iglesia Catedral de la ciudad.

La novedad en la cocina de Covita es el raw food o life food, priorizando la cocina en base a ingredientes crudos, platos que combinan colores, texturas y sabores que no son cocidos sino hidratados o deshidratados para lograrlos. «Buscar la alternativa sana» parece ser lo que moviliza a Guille Andreani y a su esposa Mariana para llenar de vida un restaurante diferente en Bariloche, uno de los mas recomendados y ello por sus cenas temáticas, su cocina con influencia oriental, india, china y tailandesa, su tendencia por lo natural, sus curry y masalas propios, panes caseros y la exquisita variedad de elaboraciones vegetarianas acompañadas de gamacia, brotes y germinados (de soja, quínoa, alfalfa, fenogreco, rabanitos y muchos más), seitán, miso (pasta de soja fermentada, muy difundida en China y Japón) y tofu (derivado de la soja de origen oriental), a las cuales se suma el raw food. Sin duda, una seria promesa a la buena salud y a la buena vida, de la mano de una dieta naturalmente sana.

 

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